martes, 14 de agosto de 2007

Tres construcciones símbolo de la falta de dinero pero sobre todo de planificación

Tres construcciones que pretendieron ser emblemas tienen parados más de U$S 75 millones con riesgo de perderse. El Palacio de Justicia, el Sodre y el Hotel Carrasco son símbolos de la falta de dinero pero sobre todo de la planificación. Las autoridades no pierden las esperanzas de finalizarlos, pero lo hecho se deteriora y el mantenimiento de uno solo cuesta U$S 12.000 por mes.
Historia y planes de tres construcciones fallidas
MIGUEL BARDESIO

El Palacio de Justicia, hermano mayor de los edificios públicos a medio hacer, comenzó a construirse hace 41 años y lleva 10 completamente parado. La piedra fundamental del Complejo del Sodre se colocó en 1989 y desde 2001 los trabajos están detenidos. El Hotel Carrasco fue entregado en concesión a la empresa Carmitel S.A. en el 2000 y luego de idas y venidas, la compañía detuvo los trabajos de remodelación en 2005, lo que finalmente llevó a la Intendencia de Montevideo (IMM) a rescindir el contrato, el mes pasado.

Juntos, los tres edificios suman más de 75 millones de dólares de inversión, en parte perdida y toda bajo el riesgo de pérdida definitiva si la parálisis se extiende. En el Complejo del Sodre, por ejemplo, el año pasado fueron retiradas de la obra puertas de metal destruidas por el óxido, sin que nunca hayan tenido una utilidad y además, equipamientos de iluminación para la sala principal —que costaron 400.000 dólares— descansan en un depósito bajo riesgo de deterioro, o que el avance tecnológico los transforme en obsoletos. El Palacio de Justicia, tal como está, fue tasado en 2003 en 4,1 millones de dólares, unos 16 millones menos de lo que lleva invertido el Poder Judicial en su construcción.

Sin embargo, para los tres edificios hay proyectos de salida que dependen todos de una eventual intervención de capital privado, pues ninguno de los tres organismos cuenta con los fondos para emprender por sí los trabajos.

PALACIO PRESIDENCIAL. El presidente Tabaré Vázquez anunció en marzo que trasladaría la sede del Poder Ejecutivo al Palacio de Justicia y que el Edificio Libertad se transformaría en hospital. Desde entonces comenzaron negociaciones entre el Poder Judicial (PJ) y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) para acordar los términos de la transacción. A cambio del Palacio de Justicia, el PJ pide la remodelación del edificio que antes ocupaba la DGI, en Rondeau y Valparaíso, donde ahora funcionan juzgados de familia, además del acondicionamiento de un centro de derecho penal, que incluya los juzgados de la calle Bartolomé Mitre y un local lindero, por la calle Reconquista, que perteneció a Manos del Uruguay. El proyecto depende de un eventual préstamo de la Corporación Andina de Fomento, que está negociando el Poder Ejecutivo.

Para el Sodre, la esperanza está en la promesa del secretario general iberoamericano y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, que se comprometió a conseguir fondos para terminar las obras, al parecer, en forma de mecenazgo. Con una de las salas ya habilitada, el complejo necesita aún unos 20 millones de dólares para quedar pronto.

El Hotel Carrasco no corre mejor suerte. En este momento, la IMM y la empresa Carmitel S.A. abrieron un período de conversaciones para una "entrega amistosa" del edificio, confió una fuente de la negociación. El fondo de la cuestión es determinar cómo será resarcida la empresa por la obra ya hecha; ambas partes se niegan a estimar los porcentajes, aunque versiones señalan que Carmitel S.A. terminó en un 30% la remodelación; o sea, habría invertido unos 6 millones de dólares y restarían otros 12 millones para finalizar los trabajos.

Una vez que se produzca la entrega del edificio a la comuna, se abrirá un nuevo llamado a licitación para terminar la obra, según explicó el director de Desarrollo Económico, Alberto Roselli. La licitación sería el plan A, pues Roselli no descartó —en la eventualidad de que no haya interesados— que la Intendencia termine directamente la obra.

LA CASA PROPIA. A diferencia de los otros dos poderes del Estado, el Judicial no cuenta (ni contó nunca) con un edificio emblemático de grandes proporciones. Desde la década de 1930 esta preocupación llevó a múltiples proyectos hasta que finalmente, en 1965, quedaron inauguradas las obras del Palacio de la Justicia, en la Plaza Independencia. Nadie imaginaba entonces que, 41 años después, el proyecto emblemático sería lo que es ahora: una estructura de hormigón tapada con vidrio, sin ningún avance desde 1996. Pero el problema no es únicamente simbólico, pues el PJ tiene serios problemas locativos para sus cientos de oficinas y juzgados en todo el país y por alquileres gasta aproximadamente 1,5 millones de dólares al año, según datos de 2003. El Palacio de Justicia, con sus 24.000 metros cuadrados y 13 pisos, tiene capacidad para albergar a todos los juzgados civiles y otras oficinas administrativas del PJ, aunque las idas y venidas, la obra parada y la falta de fondos para continuar, han transformado la esperanza de algunos jerarcas judiciales, en resignación. "Ese edificio no lo puede terminar la Justicia; es una cosa faraónica", dijo una alta fuente judicial. Desde 1986 hasta ahora, el PJ gastó unos 20 millones de dólares en esta construcción y está pagando un préstamo de 10 millones de dólares que pidió al Banco República en 1992; en realidad, tal préstamo lo pagan los usuarios a través del timbre "Palacio de Justicia", por el que se recaudan 1,5 millones de pesos mensuales, que se vuelcan íntegros al pago de la deuda. Lo único que se le hizo al edificio, en 1998, fue el cerramiento con vidrios por estética y para conservación de la obra. El costo de esta operación fue de 1,6 millones de dólares. Para terminar esta especie de monumento a la construcción pública se necesitan entre 20 y 30 millones de dólares, estimó el año pasado el MTOP. ¿Por qué nunca se terminó? "Nunca tuvimos los fondos necesarios", explicó el sub director de Arquitectura del PJ, Oscar Pravia. Otras fuentes judiciales reconocieron, además, errores de planificación del PJ en el desarrollo de la obra. "Somos abogados y jueces y cuando nos pusimos a administrar una obra así, nos fue a veces mal", dijo el informante. Ahora, el Palacio de Justicia tiene un único habitante: un policía contratado por el servicio 222, sobre todo para evitar el ingreso de intrusos. Ese funcionario dijo que dentro del edificio aún se conservan camas o basura, rastros de antiguos ocupantes ilegales. En paralelo, el PJ trabaja en otro edificio, también con el objetivo de transformarlo en "emblema". Se trata del que perteneció a la empresa de transporte ONDA, en Plaza Cagancha. Pravia explicó que la construcción se compró por 1,2 millones de dólares en 1993. Comenzaron entonces las obras de acondicionamiento, pero al poco tiempo se detuvieron por problemas financieros. Ahora, sin embargo, una partida presupuestal le permitió al PJ firmar un contrato por 32 millones de pesos con la empresa constructora Tresor, que comenzó los trabajos el mes pasado. Si todo continúa así, el edificio estaría terminado en 2008. Son 8.000 metros cuadrados y está prevista la instalación allí de los tribunales de Apelaciones, salvo los penales, que ahora ocupan un edificio alquilado en la calle Uruguay. (ver nota aparte)

17 AÑOS DE ESPERA. En 2004, el Sodre llamó a licitación y compró por 400.000 dólares los equipos de iluminación para la sala principal del complejo que hace 17 años se encuentra en construcción —en Mercedes y Andes— y ahora todo ese material descansa en sus cajas originales, en un depósito, a riesgo de deterioro o de que el avance tecnológico lo transforme en obsoleto. "El principal riesgo que corre este complejo es que se destruya sin utilizarse", explicó el arquitecto Isidoro Singer, uno de los cuatro que diseñó el proyecto, en 1989. Y es que las obras de este complejo cultural de 25.000 metros cuadrados están paradas desde 2001 y la única esperanza que hay para darle un final —por ahora— es la promesa del contador Enrique Iglesias, que se comprometió a conseguir los fondos para terminar los trabajos. Pero, ¿cuánto falta? En plata, "20 millones de dólares aproximadamente y en tiempo, uno o dos años", estimó Singer. Los trabajos estrictamente de construcción están terminados: los escenarios, escaleras, talleres, camarines, salas de ensayos, palcos, están listos en su estructura; sólo restan terminaciones, butacas, la maquinaria escénica y demás equipamientos. La sala principal del complejo tendrá una capacidad para unas 2.000 personas con un escenario apto para presentaciones teatrales y musicales, y en la que podrá instalarse una orquesta de 120 músicos. Pero el complejo tiene una segunda sala (Hugo Balzo) que desde 1999 se haya parcialmente habilitada. Esta ya ha albergado algunos espectáculos pero su funcionamiento es costoso pues forma parte de un complejo no terminado —y por lo tanto no tiene habilitación de Bomberos—; por cada presentación debe contratarse un servicio 272, con una autobomba de agua por cualquier eventualidad (ver nota aparte). El mantenimiento mensual del edificio, lo que incluye servicios de seguridad, le cuesta al Sodre 300.000 pesos. La obra comenzó en 1989 y fue detenida al año siguiente por el gobierno de Luis Alberto Lacalle. En 1995, al asumir nuevamente Julio María Sanguinetti, recomenzaron los trabajos, que se extendieron durante todo su período de mandato. En los primeros años de la Presidencia de Jorge Batlle se realizaron algunos avances, pero, ya con la crisis a la vuelta de la esquina, en 2001 se paralizó la construcción. Sin embargo, continuaron convocándose algunas licitaciones previstas con anterioridad —como la iluminación en 2004. En 2005, al asumir Tabaré Vázquez, se paró oficialmente la construcción. Ningún ministro del gobierno se acercó al complejo, confiaron fuentes del Sodre. Hasta ahora, la inversión en el edificio trepa a los 50 millones de dólares y restan otros 20 para finalizar la obra. Surge la pregunta, entonces, de si no era conveniente proyectar un edificio más modesto. El arquitecto Singer responde: "No. Este edificio es un hecho consumado, no se puede pensar ahora que tal vez lo pudiéramos haber proyectado más chico. Lo que se puede discutir, filosóficamente, es si este complejo debió hacerse o no y yo estoy dispuesto a defenderlo". Si algún día se termina, será una manzana dedicada a la exposición cultural en todos sus tipos. Las dos salas pueden albergar con igual comodidad espectáculos musicales, de ópera o teatro. Además, hay unos 20 foyers, espacios para exposiciones plásticas o performances. "Y todo el complejo da a la calle, salvo el fondo, frente y laterales son vidriados", explicó Singer. La esperanza para el complejo, según el arquitecto del Sodre Daniel Barreira, está en los contactos que se iniciaron con Iglesias para conseguir fondos que al menos dejen habilitadas las dos salas, dejando para una segunda etapa los talleres de escenografía y zonas de ensayos.

CASINO CON HOTEL. La remodelación del Hotel Casino Carrasco, que comenzó en 1999, volvió el mes pasado a fojas cero. Luego de reiterados incumplimientos de la empresa concesionaria, Carmitel S.A, la Intendencia de Montevideo resolvió rescindir el contrato con la firma, según anunció el 5 de abril la intendenta interina Hyara Rodríguez. La empresa desestimó hacer un pronunciamiento público al respecto, aunque se sabe que en este momento mantiene conversaciones con la comuna para una "entrega amistosa" del edificio. Una vez que ello ocurra, la IMM hará un nuevo llamado a licitación para terminar las obras. Según el director de Desarrollo Económico, Alberto Roselli, "ese es el plan original, aunque no se descartan otras opciones". Respecto a si habría interesados en el negocio, Roselli respondió que ya los hay. Otras fuentes empresariales, sin embargo, aseguraron que a la Intendencia le será difícil encontrar un nuevo concesionario. ¿Hay mercado para un hotel de lujo en ese lugar? "Para un hotel, no", respondió la fuente y agregó: "Pero el negocio de Carrasco no es un hotel, sino un casino; es un casino con hotel y al parecer, el mercado de casinos está un poco saturado". De hecho, el año pasado, cuando Carmitel ya demostraba problemas de financiamiento, hubo un sondeo de posibles inversionistas para transferir la concesión, pero ningún inversor demostró interés. Cuando se comenzó a trabajar en el Hotel Carrasco, en 2000, no existían todavía las salas de Maroñas Entertainment, por ejemplo. El Hotel Carrasco fue cerrado en 1997 y desde entonces se comenzó a proyectar la concesión que finalmente fue otorgada a Carmitel, a cambio de un canon en dólares y a la vez, un arriendo que la Intendencia pagaba por el uso del Casino. En 2002, los préstamos que gestionaba Carmitel se frustraron debido a la crisis, las obras pararon y la empresa pidió la firma de un nuevo contrato, lo que finalmente ocurrió en 2003. El intendente interino Aldolfo Pérez Piera fue quien firmó ese nuevo documento —cuestionado por el Tribunal de Cuentas—, que pesificaba el canon: la empresa pagaba a la comuna 2,5 millones de pesos anuales y la IMM, 16 millones por el uso del casino. Las obras recomenzaron en 2005, pero poco después, otra vez Carmitel se quedó sin financiamiento, al parecer, por "desinteligencias entre un socio de la firma y una Afap", dijeron fuentes. En un principio, se estimó que la inversión total para la remodelación alcanzaba los 18 millones de dólares y al parecer, la empresa invirtió hasta ahora un 30% del total, o sea, 6 millones. Por los incumplimientos, la IMM multó en tres oportunidades a Carmitel hasta que finalmente dio por terminado el contrato. "El tiempo se acabó", dijo entonces la intendenta interina Rodríguez. Ahora, a esperar.

Cuanto salió, cuánto sale

PALACIO DE JUSTICIA. Hasta ahora, la estructura costó al menos 20 millones de dólares. Esos datos refieren al período comprendido entre 1986 y 2005, pues no existen datos anteriores. Según estimaciones, terminarlo costaría entre 20 y 30 millones de dólares más.

COMPLEJO DEL SODRE. Iniciado en 1989, el complejo costó hasta ahora unos 50 millones de dólares. Para terminarlo, hacen falta otros 20 millones.

HOTEL CARRASCO. Estas cifras son difíciles de calcular, pues en este momento ni la concesionaria Carmitel, ni la Intendencia, ofrecen montos, ya que están negociando justamento eso; ¿cuánto invirtió Carmitel? Según estimaciones sin confirmación oficial, la empresa puso en el hotel 6 millones de dólares y restarían otros 12 millones para finalizar los trabajos.

La onda judicial

En 1993, el Poder Judicial compró por 1,2 millones de dólares el edificio donde funcionaba la empresa de transporte ONDA, en Plaza Cagancha, frente a la actual sede de la Suprema Corte de Justicia. Después de un comienzo y paralización de obras, se acaba de firmar un contrato con la empresa constructora Tresor, por 32 millones de pesos, para darle fin a la adaptación, la que finalizaría en 2008. De acuerdo al subdirector de la división arquitectura del Poder Judicial, Oscar Pravia, este edificio tiene una "excelente ubicación", en 18 de Julio como para que se transforme en el "el edificio emblema del Poder Judicial". Pese a que la construcción data de 1912, se encuentra en "buenas condiciones". Tiene tres entradas, siete pisos y un subsuelo, 8.000 metros cuadrados en total, que serían destinados a la instalación de todos los tribunales de apelaciones, salvo los penales. Los trabajos de acondicionamientos incluyeron fundamentalmente la apertura de un orificio central en todos los pisos y el techo para instalar una cúpula vidriada, que ya está colocada y que es la más grande del país. "La idea era darle luz al edificio", explicó Pravia. Una sala única en el país, casi sin uso La sala Hugo Balzo del complejo del Sodre se habilitó en 1999 y por sus características técnicas, es única en el país. Tanto el escenario como sus 400 butacas son trasladables para transformar la sala en circular; además, el escenario puede instalarse en cualquiera de las cuatro paredes. La sala cuenta con seis camarines y tres cabinas de traducción simultánea. Es, a la vez, un set de televisión. Pero casi no se usa. Ocurre que, como forma parte de un complejo sin habilitación de Bomberos, cada vez que se ofrece algún espectáculo debe contratarse un servicio 272, es decir, una autobomba para combatir eventuales incendios. Además, la sala no tiene aire acondicionado, pues está incluida dentro del sistema de ventilación del complejo, aún no operativo. En la actualidad es utilizada por el cuerpo de ballet del Sodre, que ensaya allí. "Por lo menos, ahora hay gente", dijo el arquitecto Isidoro Singer, uno de los creadores del proyecto del complejo, en 1989. "Cuando se empezó a construir esto, la Sala Zitarrosa no existía ni en sueños y ahora allí hay espectáculos todos los días. Esta sala y también la principal, son infinitamente mejor que la Zitarrosa", dijo el arquitecto.

FUENTE: DIARIO EL PAIS